miércoles, 28 de diciembre de 2016

The imitation game

Descifrando enigma

En el año 2014 se levó a las pantallas una de las historias más emocionantes de la historia. El largometraje está protagonizado por Alan Turing, (Benedict Cumberbach) un matemático británico. Se desarrolla en plena segunda guerra mundial. Nuestro protagonista recibe una llamada del centro de investigación donde deberá intentar resolver los encriptados mensajes con los que los nazis se comunicaban.
Necesitó de un equipo en condiciones para realizar esta tarea que en un primer instante todos tomaban como imposible. Para ello publicó en el periódico un crucigrama de dificultad elevada. Todo aquel capacitado para resolverlo fue reclutado después de pasar otra prueba de selección.

Los encargados de transmitir esta historia durante los años ya sea en el cine, un artículo o un documental siempre han remarcado el impacto de Alan Turing durante la guerra. Aproximadamente salvo a 1.000.000 de personas y acortó la guerra un año menos de lo previsto.

No solo los conflictos políticos y militares, quienes protagonizan cualquier contienda, tienen el poder de terminar la guerra. Existen muchas formas de conseguir resultados positivos, de conseguir lo que uno se propone por muy alocada que parezca la idea. Nos podemos equivocar, y de estos errores aprendemos, pero que está claro es que hay que trabajar y pensar hasta lograrlo. Con esta idea Alan Turing diseñó en tan solo unos meses la máquina que el mundo llevaba buscando  durante tantos años. Estamos sin duda alguna ante un ejemplo a seguir.

Recomiendo esta película porque refleja muy bien las dificultades a las que el protagonista se tuvo que enfrentar. La situación familiar y su identidad sexual no impidieron conseguir su objetivo. Además en él se encuentra la capacidad de hacer cualquier cosa por los demás, quitando importancia en muchas ocasiones a su vida privada.

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